Lo que pretendo plasmar en esta breve sesión fotográfica es la imposición y el alzamiento de la mujer como eje fundamental e imprescindible de la familia, el equilibrio que existe gracias a ella y lo que aprendemos día a día de su polivalencia.
La revolución contra el patriarcado ha llegado a su fin y el sujeto femenino nos ha enseñado que posee las mismas cualidades que el hombre e incluso otras que la diferencian y la hacen especial y única.
Dedico este trabajo a mi madre, a la que tanto admiro y de la que tantas cosas tengo que aprender aún.
Alejandro Cifuentes Martínez