La luz, estrella del escenario.

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Sombras que la sombra niegan,
pruebas de luz, de que es luz 
todo el mundo, menos ellas.
(Pedro Salinas)

Esta serie de dípticos pretende convertir en protagonista a la que normalmente queda en segundo plano: la luz.
Con estas imágenes se pretende dar la vuelta a nuestra forma de percepción, intercambiar los roles re frontera y paisaje que normalmente asumimos como espectadores de música en directo.
Es sorprendente descubrir cómo, todo lo que vemos (desde siluetas hasta movimientos, pasando por una armonía perfecta entre distinción de planos y color) no existiría sin la presencia de la luz.

LUCIA SOMOLINOS NOVELLA

Bienestar, belleza y salida

Cuando empecé a pensar en el desarrollo de este proyecto tenía la idea de retratar la ironía del día a día, de mensajes contradictorios y problemas disfrazados de falsas soluciones. No sabía cómo conseguir meter un concepto tan abstracto en una imagen, no tenía nociones de fotografía y mucho menos una idea de estrategia así que salí a la calle con la cámara a ver qué encontraba.

Los primeros días fueron frustrantes, no encontraba nada y el resultado del segundo fue igual de malo y sin embargo fue esa frustración la que me llevó a hacer las fotos que más tarde serían seleccionadas y que mejor retratarían el mensaje que quería transmitir.

El sentimiento de rabia, de impotencia, de desilusión que tuve y que quedó plasmado en las fotografías era tal que no encontré mejor nombre para esta mini serie de fotos que no son nada excepcional, sólo elementos cotidianos por donde pasamos a diario sin pararnos a reflexionar sobre lo que son o representan.

El curso ha sido una experiencia muy bonita donde he aprendido a través de trabajos de profesionales como Ignacio y Silvia pero sobre todo he conseguido lo que quería: mirar a través de los ojos de mis compañeros.

Cristina Albero Rábago

Parados en la parada

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El concepto
Las paradas de los autobuses son, para quienes las frecuentan, una parte más de su vida, de su “espacio natural”. Los que estudiamos o trabajamos lejos de casa, encontramos en las marquesinas de los autobuses o en los vagones del metro una parte de nuestro hábitat que ya consideramos casi propio.
Sin embargo, también hay personas que apenas los frecuentan. A ellos es fácil reconocerles porque (a diferencia de nosotros, que nos movemos en estos lugares como pez en el agua) se encuentran perdidos y permanecen atentos a todo.
En conclusión, lo que se pretende mostrar es cómo cada persona tiene diferentes posturas en las paradas de autobús. Sus reacciones y sentimientos son difícilmente captables, pero en algunas ocasiones se consigue ver expresiones que muestran cansancio, prisa, aburrimiento, interacción… Y esa es la finalidad de esta serie.
El título: Parados en la parada
El título de la serie anticipa que vamos a ver personas que están en la parada de manera estática, sin hacer nada: parados. De esta manera se le da protagonismo a los sujetos y la atención recae en sus gestos.
El escenario: Espacio urbano
Se desarrolla en un espacio urbano porque la rutina que implica medios de transporte se desarrollo ante todo en la ciudad. Por supuesto que podrían encontrarse fotos como estas en espacios rurales, pero carecerían del tono “agobiante” y mecánico de la rutina de la ciudad.
Aspectos formales
Después de un primer intento que no resultó convincente, finalmente el encuadre de todas las fotos siempre es el mismo, o con alguna ligera diferencia si había objetos que mancharan la fotografía, una parte de la parada de autobús (para ubicar fácilmente el escenario). De esta manera, la importancia recae en el gesto y expresión de la persona y no en el escenario.
Para conseguir un encuadre igual en todas las fotos, estas se tomaron con trípode desde la otra acera de la calle (con la dificultad que se supone que haya varios carriles de coches pasando continuamente, que solamente daban una tregua a la fotografía cuando los semáforos se ponían en rojo).
Las fotografías se tomaron en días de lluvia y cielo nuboso, por lo que algunas están un poco más quemadas que otras. Esto se debe a que la iluminación cambiaba cada pocos minutos. Algunas fotografías tienen pequeños retoques para intentar solucionar esto y que todas tengan parámetros similares.

Patricia Cristóbal

Resquicios de vida

El tema elegido fue fotografiar lugares y pueblos abandonados, me centré en un pueblo de Madrid llamado Alamín, en el que quería expresar ese sentimiento de tristeza, desolación, abandono… uniendo la frontera de la vida a través de de la naturaleza que se asoma por las puertas y ventanas, o esos resquicios de luz que se asoman por esos escenarios tristes.

Una vez hechas las fotografías, con photoshop las he tratado pasándolas a blanco y negro por zonas, la zona interior la he convertido en blanco y negro para expresar la desolación y tristeza, y la zona exterior de puertas y ventanas, así como de luz las he dejado en color para expresar que hay vida.

Las fotografías están hechas con una cámara reflex Canon 450D.

Patricia Gutiérrez Monjas

Fronteras de olvido

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Perdidos en rincones del mundo, los pueblos abandonados fueron testigos de una vida que el paso del tiempo se ha encargado de borrar o dejar al descubierto. Las fronteras físicas que salvaguardaban la intimidad de cada casa, han desaparecido, y han dado paso a un paisaje de ruinas, donde es la valentía de cada uno la que decide hasta donde va a poder adentrarse. A veces, parece como si poéticamente los escombros tomaran vida y formados en pequeños derrumbamientos de techo o pared se encargaran de recordarte que estás entrando en un terreno peligroso (entiéndase también en sentido figurado, advirtiéndote de tu atrevimiento al deambular por allí sin permiso).

A través de esta serie se pretende mostrar una frontera temporal, un linde entre presente y pasado. El paso del tiempo ha dotado a los objetos fotografiados de un significado diferente. A través de mobiliario y elementos aislados se plasma también un sentimiento de nostalgia, que puede manifestarse en forma de recuerdo o no, y establece una nueva frontera entre realidad y ficción.

Acorde al tono que rodea la serie, cada fotografía se completa con una frase poética, rima entre texto e imagen, que crea una conexión entre olvido, tiempo y fotografía.

Elena Antón