LOS 7 TABÚES CAPITALES, SIN PECADO CONCEBIDA
En medio del camino de nuestra vida
me encontré en un oscuro bosque
ya que la vía recta estaba perdida.
Así son los primeros versos de la Divina Comedia de Dante.
Libertad se escribe en femenino. Los 7 tabúes capitales, sin pecado concebida es el nombre de nuestro proyecto para el Taller de Fotografía Creativa. Invierte la idea original de la obra de Dante y transforma sus círculos, reinterpretándolos, englobando así los prejuicios machistas más representativos referidos a la mujer. En cada pecado o tabú adaptamos nuestro punto de vista para convertirlo en sátira, en lo que la sociedad machista cree como error, siendo sólo realidad. La irónica tela de juicio adquirida en cada representación es un mero medio, un instrumento a través del cual pretendemos ridiculizar lo incomprendido y tornarlo cotidiano, normal.
Estos son los 7 pecados, nuestros 7 tabúes capitales
Lujuria
La mujer beata, santa, pulcra, en muchos casos, religiosa. La mujer sin curiosidad, concebida para crear. Hipocresía es que sea su arma más fuerte la más repudiada, que su placer quede relegado al secretismo. Lo subvertimos. La mujer que goza y sangra, la mujer real.
Pereza
Duerme apaciblemente, incapacítate, no te aceptes, soporta el yugo de tu existencia. No descuides tu felicidad, que no pase el tiempo en tu burbuja. Despierta, duerme vívidamente, llora apasionadamente, permítete tu realidad, explota la burbuja.
Gula
En el pasado, cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. Una mujer debe ser recatada, discreta; debe conocer sus límites y moldearse a ellos; debe ser eso: un molde. La mujer que vuele más allá de las fronteras, será vista como amante del vicio, del exceso. Pero nunca es demasiado cuando se trata de satisfacer nuestras ganas, nuestros deseos, nuestros objetivos o nuestra vida. De ser nosotras, sin moldes, sin fronteras: sólo nosotras.
Ira
Callar, tener la casa caliente, ligeras, pequeñas, colibrís, cerrar las piernas, no abrir la puerta. ¿Para qué? Extremista la que lucha, la que dice lo que piensa, la que actúa, la que no calla y no acata. Basta. Morder, ser amazona, gritar, ser iracunda, que a nadie le importe. Salir de la parte oscura de la selva, para, lanza en mano, abolir el patriarcado.
Envidia
La genética nos hace iguales, somos la misma materia, croma x. Es la sociedad patriarcal quien nos cerca, volviéndonos rivales, competitivas, envidiosas. Hacemos un canto a la sororidad, al apoyo mutuo entre mujeres, fundamental en la lucha feminista. El capullo, ese vínculo natural que nos une y todas las flores que puede llegar a ser la mujer. Siendo belleza, una, única, todas.
Avaricia
Mujer egoísta la que piensa por ella misma, la que decide su sexualidad, el qué/cuándo/dónde/cómo/por qué y la que siente a flor de piel. Gritamos al mundo que, ante todo, somos nuestras. De nadie, de ninguna relación, de ningún poder, de un carácter. Nada nos quitará la avaricia de tenernos, de ser nosotras, nuestras.
Soberbia
El juicio de la elección: gloriosa la que sí, egoísta la que no. Cómo renunciar a la maternidad, cómo hacer tuya tu vida, de nadie más. Cómo parir y prolongarse, cómo buscar el sentido en el hijo. Soberbia la que celebra lo que desea, la bendición de ser o no ser madre, decisión que siempre será lastre. Soberbia la valiente, en positivo y en negativo, con o sin hijo.
CADÁVER EXQUISITO
Voz unida, crítica de injustas situaciones a las que se somete a la mujer. Mirada realista que ama la cotidianeidad, la verdad. Nuestra reflexión, nuestro ‘basta’ particular.
Nuestro grito al infinito para hablar de lo cercano, de lo que vemos sin ver, de lo que está ahí y no debería. Abrir los ojos a lo que deberíamos exiliar.
A la representación de la rabia asentada, la inseguridad, el coraje de cinco chicas, en nuestras mentes, como aves negras.
Raíz de las cadenas entre las que crecen
las princesas.
Cuchillo que nos mata por dentro y por fuera.
Sociedad enferma, la satirizamos. Que veáis la cruda realidad que es mujer, oprimida o no, feliz o no, guapa o no, con crudeza. Por ser mujer. Por tener coño, por sangrar, por decidir. Y a partir de ahora, vamos a decidir.
CIERRE
Los últimos versos de la Divina Comedia dicen así:
Faltan fuerzas a la alta fantasía
mas ya mi voluntad y mi deseo
giraban como ruedas que impulsaba
aquel que mueve el Sol y las Estrellas
Esta es la verdadera cara de la mujer, la que por fin se alza sin miedo a mostrarse. La que, tras la lucha, ve la luz al final del túnel.
Adriana Rocha
Marina Bernabé
Silvia Martín
Eva Gruss
María Márquez